Este amor no conoce separación.
Ni yo me voy ni vos te quedás.
Eliseo Subiela
Son las seis de un supermercado de Madrid.
La luz se cuela en filamentos rotos, suenan pasos,
un cuchillo desmenuza el lomo de un animal,
cae, ardiente, una pirámide de manzanas verdes.
Sé que estás cerca, pues todo se ha movido de sí
hacia la entrega, todo se inclina con furia,
se estremece, inaguantable, se desordena.
Latas de conserva quieren ser rápidamente de otros,
se niegan las nueces a tener una mitad, estalla una sandía,
la miel se derrama y propaga una estrella.
Aquí donde yacían los peces del almuerzo
ahora se abre un infinito acuario, las góndolas de Venecia,
el muelle al que vienen a aparearse cien lobas de mar.
Me siento frente a ti y toco el borde escandaloso del piano,
esta máquina gris que busca lamer la moneda que me das,
puede ser el paraíso tu compra solitaria?
Bajo los ojos, la mirada. Elevo el escote severo, jadeante.
Te amenazo en silencio: ni yo me quedo, ni tú te vas.
Y persiste en mi boca el sabor de un limón amargo,
la leche violenta, la terquedad de las espinas,
el color triste de los pasteles de fresa,
la risa insoportable de un exprimidor.
Te vas con el sonido resignado de la puerta automática,
con mi cuerpo frío, temblando, pegado a tu espalda,
haciéndote pequeñísimo adentro de mis ojos.
Luego, de noche, cuando tengo que cerrar,
descorcho una botella que no me pertenece
y celebro que al verte he vuelto a morir.
Y juego a desvanecer la luz y a limpiar los cuchillos
y rozo con mis labios la manzana arrepentida,
y guardo mi corazón
en el estuche de aftershave que has olvidado.
Si el amor puede habitar entre los estantes impersonales de un supermercado, y si el poeta lo refiere, y si es un no sé qué ajeno a la sordidez que encierra toda compra-venta... aún hay esperanzas para el ser humano.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias, Éxodo, por tu generosa lectura! Abrazos!
ResponderEliminarcolores y sabores.estallido. me gustó.
ResponderEliminarEnhorabuena, Sonia. Es un poema potentísimo. Cada verso es como un rayo directo al corazón.
ResponderEliminarGracias, apneica, qué linda. Un abrazo!
ResponderEliminarameba!! thanks so much, as always!!
ResponderEliminarMe encanta este amor de Carrefour o de Alcampo, o de Día o de Lidl. Me encanta. Eres TODA UNA POETA que puede hacer el verso más hermoso a partir de una manzana o de la espuma de afeitar. Bravo!
ResponderEliminarJajajajaj gracias, David! qué sol! qué lectura tan linda! Un abrazo!
ResponderEliminarBuen poema, Sonia, muy bueno.Esas cosas del amor, pero elevadas al exponente de la poesía pura.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Ángeles! Un abrazo fuerte, muy contenta de leerte!
ResponderEliminarLindo poema, potente, destila deseo... ¡¡Ay, quién pudiera aguardar donde confluyen cien lobas de mar!!
ResponderEliminaroh god, lo mas increible son los comentarios... sorry baby
ResponderEliminarDe Eliseo Subiela: El lado oscuro del corazón I y II, ya te hace atractiva... y te saludo
ResponderEliminarDesde Colombia, un abrazo
interesantes versos, muy cotidiano todo! Mis más sinceras felicidades
ResponderEliminarBesos y abrazos desde el Teatro Mágico
Víktor
http://www.entradanoparacualquiera.tk
Gracias a todos! Francisco, sí, Subiela es impresionante, siempre iluminador.
ResponderEliminarGracias, Víctor, enhorabuena por tu blog!
Mil Besos, leoncito, ayer vieron frente a tu ventana cien leonas de mar...
Anómimo, alegría volver a saber de ti, take care, boy!
Genial!!!
ResponderEliminarMe ha encantado