Rosseau: La encantadora de serpientes
Dejé mi
piel en la anaconda fría.
La víbora se enroscaba en mi corazón,
culebra dicha por ahorcados y demonios,
dulce reptil que despejaba la honestidad,
boa vestida de mujer, desnuda,
me enseñó que el amor
es el desvanecimiento de la idea.
1 comentario:
precioso...
vas mucho por latinoamérica????
saludos latinos
trébol
Publicar un comentario