De izqda. a decha. Vilma Villaverde y Sonia Betancort Santos
La cerámica del cuerpo
Un día Vilma tomó una fotografía antigua y sepia de cuando niña daba largos paseos con su madre. Por un momento imaginó encontrarse con esas siluetas planas en carne y hueso, los cuerpos de esa fotografía frente a ella, con volumen, con tacto... y decidió reproducirlos. Como por arte de magia y para domostrar que hay alguna forma en la que uno puede reproducir en la realidad lo que imagina, Vilma Villaverde miró su cuerpo de cuatro años y lo trajo a la contemporaniedad. Después dibujó a una estrella de rock en una silla vacía, sacó de una pared el rostro acordeónico de un maestro del tango; como apuntalada por el espíritu de Picasso, recobró las piezas de un baño imaginario y de ellas obtuvo el cuerpo primigenio de una mujer. En ese cuerpo insinuó equilibristas y bailarinas de un circo irreal: mujeres irónicas, con o sin corsé, damas de dios o impúdicas exhibicionistas, músicas, majas desnudas, mujeres sin vientre, mujeres con un hueco en el vientre, mujeres recostadas sobre la vereda de una porcelana corporal. Mujeres con los pechos flotando en un lavamanos, mujeres vertidas sobre la pata del inodoro, mujeres embarazadas por el líquido de un hombre infantil.
Así es la escultura de Vilma Villaverde: irónica, de una inteligente ingenuidad.
La obscenidad vista con ternura. Microcosmos de China. Lo infantil de jugar a proponer piezas desnudas de un cuerpo sostenido por su propio instinto. La bolsa del cuerpo. El objeto del cuerpo. El contenedor.
Vilma reconstruye un gesto griego y audaz que se limita a preguntar a la naturaleza lo que ésta defiende a gritos, evita frías imposiciones, asume la catástrofe y el encanto de la órbita sin sol. Vilma Villaverde ha conseguido reintrepertar el cuerpo, devolverle su cerámica.
Buenos Aires, febrero de 2007.
La cerámica del cuerpo
Un día Vilma tomó una fotografía antigua y sepia de cuando niña daba largos paseos con su madre. Por un momento imaginó encontrarse con esas siluetas planas en carne y hueso, los cuerpos de esa fotografía frente a ella, con volumen, con tacto... y decidió reproducirlos. Como por arte de magia y para domostrar que hay alguna forma en la que uno puede reproducir en la realidad lo que imagina, Vilma Villaverde miró su cuerpo de cuatro años y lo trajo a la contemporaniedad. Después dibujó a una estrella de rock en una silla vacía, sacó de una pared el rostro acordeónico de un maestro del tango; como apuntalada por el espíritu de Picasso, recobró las piezas de un baño imaginario y de ellas obtuvo el cuerpo primigenio de una mujer. En ese cuerpo insinuó equilibristas y bailarinas de un circo irreal: mujeres irónicas, con o sin corsé, damas de dios o impúdicas exhibicionistas, músicas, majas desnudas, mujeres sin vientre, mujeres con un hueco en el vientre, mujeres recostadas sobre la vereda de una porcelana corporal. Mujeres con los pechos flotando en un lavamanos, mujeres vertidas sobre la pata del inodoro, mujeres embarazadas por el líquido de un hombre infantil.
Así es la escultura de Vilma Villaverde: irónica, de una inteligente ingenuidad.
La obscenidad vista con ternura. Microcosmos de China. Lo infantil de jugar a proponer piezas desnudas de un cuerpo sostenido por su propio instinto. La bolsa del cuerpo. El objeto del cuerpo. El contenedor.
Vilma reconstruye un gesto griego y audaz que se limita a preguntar a la naturaleza lo que ésta defiende a gritos, evita frías imposiciones, asume la catástrofe y el encanto de la órbita sin sol. Vilma Villaverde ha conseguido reintrepertar el cuerpo, devolverle su cerámica.
Buenos Aires, febrero de 2007.
8 comentarios:
muy buen texto...Vilma dice en la cerámica, el mismo imán que tus versos...amban reducen las cornisas y sólo se quedan con el cielo
pedro
Hola Sonia... Oye... ¡Qué padres esculturas!... Me gustaron mucho, sobre todo la primera. Son irreverentes y hermosas.
Salu2
Vaya, q a imaginación sí q puede ser poderosa...
y maravillosa, por cierto, como lo ha sido la de la pequeña Vilma...
Gracias por tu comentario!
Maravilloso.
Maravilloso.
Besos.
Hermosas piezas.
Ambas.
(Ayer me acordé de ti. Vi en la TV un reportaje sobre Betancuria en Fuerteventura. Fue inevitable relacionar con tu apelido)
Hola Sonia. Nomás vine antes de que me duerma este día, para felicitarte por el día de la mujer.
Ojalá haya sido un gran día para ti, pero más deseo que todos los días que siguen, sean una oportunidad para crecer y realizarte en lo que te guste.
Besos. Cuídate.
¡Qué blog tan hermoso! Me ha encantado...realmente agradable, relajante. Muchos besos. Juan Fco.
gracias a todos lso que habéis dejado aquí un chorro de luz con vuestra palabra. un abrazo
sonia
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