"Misión de la Universidad" tituló Ortega y Gasset su bello ensayo de 1930 del todo visionario para nuestra Universidad contemporánea. Acaso la pasión que nos despiertan las cosas sea también una definición de poesía. Yo, que me formé en una universidad histórica, que en ella materialicé mis deseos de escribir, no puedo evitar incluirla en mi reflexión hoy como parte del hallazgo de la palabra, mi palabra, mi pasión.
Así como la religión puede no ser más que aquello que está unido irremediablemente a nuestra forma de vivir, la Universidad es a los que nos formamos en ella, la llave que abrió nuestra curiosidad, querramos o no, el timón que guió, incluso por despecho, lo que hoy somos. Como en el microrrelato de Denevi en el que el hombre sugiere que dios actua según las plegarias de la voluntad de uno, incluso cuando dios no le hace a uno ningún caso; la Universidad tal vez sea la institución que más influye en los hombres, incluso en los hombres que han decidido no hacerle ningún caso.
Creo en la idea de que vamos a la Universidad porque no nos da la vida para aprender todo lo que queremos; y que ella, tan generosa, es capaz de ahorrarnos toda la historia, toda la economía, en unos pocos años, después de los que aprendemos, de la historia, de la economía, apenas un puñado de cosas. Tal vez eso sea la Universidad, la demostración exacta de que aprender es aprender sólo aquello que recordaremos siempre, es decir, un pequeño manojo de cosas, que a los veinte años suenan como un enjambre, después como una llave, después, con suerte, como una entrega. Como para los hindúes toda la vida es un aprendizaje de lo sencillo, la Universidad debería servir para comprender lo llano, para acceder a lo esencial de cada campo. Sólo desde ese acercamiento verdadero al estudio es que surgen los hombres que son verdaderos economistas, historiadores, matemáticos, físicos, filólogos.... verdaderos.
Pero sucede que a la necesidad de aprender le sumamos la necesidad de colocarnos, (no la de ubicarnos en el mundo, la cual sí responde a la función primera de todo lo que aprendemos), sino la de convertirnos en esto y lo otro, en este o el otro patrón, para esto y para lo otro, con el fin de tener esto y lo otro de más allá; y es en ese momento, donde la Universidad que resumía el puñado de verdades grandiosas, se descalabra hasta el ridículo, roza la incertidumbre, desorienta en lugar de enseñar, aleja en lugar de acercar a los hombres a sus potencialidades más nobles.
Se han dado estos días cambios en mi universidad, mi universidad histórica, famosa, altanera...A veces un cambio es una oportunidad para pensar el cambio, y eso han constituido mis últimos días de paso por Salamanca; he vuelto a pensar mi universidad, he vuelto a mirarla y a comprenderla, me ha dolido y he vuelto a estar orgullosa de ella. Reivindico sus horas más lúcidas, la voz cristanila de Fray Luis de Léon: "como decíamos ayer...", los ruidosos pasos de Unamuno por nuestro claustro, la calurosa necesidad de enseñar la necesidad de aprender, aprender a amar esa necesidad, independientemente de que se llame literatura o física. Reinvindico esa necesidad sincera de aprender porque sólo ella crea personas más libres, más inteligentes, más felices.
Así como la religión puede no ser más que aquello que está unido irremediablemente a nuestra forma de vivir, la Universidad es a los que nos formamos en ella, la llave que abrió nuestra curiosidad, querramos o no, el timón que guió, incluso por despecho, lo que hoy somos. Como en el microrrelato de Denevi en el que el hombre sugiere que dios actua según las plegarias de la voluntad de uno, incluso cuando dios no le hace a uno ningún caso; la Universidad tal vez sea la institución que más influye en los hombres, incluso en los hombres que han decidido no hacerle ningún caso.
Creo en la idea de que vamos a la Universidad porque no nos da la vida para aprender todo lo que queremos; y que ella, tan generosa, es capaz de ahorrarnos toda la historia, toda la economía, en unos pocos años, después de los que aprendemos, de la historia, de la economía, apenas un puñado de cosas. Tal vez eso sea la Universidad, la demostración exacta de que aprender es aprender sólo aquello que recordaremos siempre, es decir, un pequeño manojo de cosas, que a los veinte años suenan como un enjambre, después como una llave, después, con suerte, como una entrega. Como para los hindúes toda la vida es un aprendizaje de lo sencillo, la Universidad debería servir para comprender lo llano, para acceder a lo esencial de cada campo. Sólo desde ese acercamiento verdadero al estudio es que surgen los hombres que son verdaderos economistas, historiadores, matemáticos, físicos, filólogos.... verdaderos.
Pero sucede que a la necesidad de aprender le sumamos la necesidad de colocarnos, (no la de ubicarnos en el mundo, la cual sí responde a la función primera de todo lo que aprendemos), sino la de convertirnos en esto y lo otro, en este o el otro patrón, para esto y para lo otro, con el fin de tener esto y lo otro de más allá; y es en ese momento, donde la Universidad que resumía el puñado de verdades grandiosas, se descalabra hasta el ridículo, roza la incertidumbre, desorienta en lugar de enseñar, aleja en lugar de acercar a los hombres a sus potencialidades más nobles.
Se han dado estos días cambios en mi universidad, mi universidad histórica, famosa, altanera...A veces un cambio es una oportunidad para pensar el cambio, y eso han constituido mis últimos días de paso por Salamanca; he vuelto a pensar mi universidad, he vuelto a mirarla y a comprenderla, me ha dolido y he vuelto a estar orgullosa de ella. Reivindico sus horas más lúcidas, la voz cristanila de Fray Luis de Léon: "como decíamos ayer...", los ruidosos pasos de Unamuno por nuestro claustro, la calurosa necesidad de enseñar la necesidad de aprender, aprender a amar esa necesidad, independientemente de que se llame literatura o física. Reinvindico esa necesidad sincera de aprender porque sólo ella crea personas más libres, más inteligentes, más felices.
11 comentarios:
"Reinvindico esa necesidad sincera de aprender porque sólo ella crea personas más libres, más inteligentes, más felices"
Esta frase hay que guardarla en el corazón y en la mente...
Bravo
Querida Sonia
Tu nota y la foto tienen la virtud de llevarme de regreso a la inolvidable Salamanca y a su universidad hermana mayor de la mía. Un abrazo grande desde Lima
Yo nunca fui a la Universidad, más que de visita, pero leyéndote me doy más cuenta todavía de donde está la verdadera sabiduría, de en que lugar renace la vida.
Tú no pasaste por la Universidad, ella paso por ti y se te quedó para que otros podamos aprender, para que otros, los que nunca fuimos a la Universidad, entendamos como se aprende.
¡¡Felicidades!!
Texto para colgar en la entrada de las facultades.
Besos, amiga.
Mi querido Rafa: siempre la tuya es una palabra de luz. como tu abrazo-universo, así debería ser la universidad. muchos muchos besos
sonia
gracias, por tu comentario, sonia, un gusto encontrarte de nuevo. gracias odalric. gracias
Queridos amigos: Os dejo este bello poema de mi amigo Félix Guerra, quien desde Cuba, teje redes de agua y abrazos al sol, poeta y marinero, continente en las rodillas de su paso, su poesía abre para mí una nueva pregunta a futuras generaciones poéticas. Felicidades Félix, mi querido amigo. Abrazo de isleña para tí.
AFILADO POR EL SOL
Agricultor que desconoce estaciones y
no sigue el curso elemental del desplazamiento lunar. ¿Qué horarios
para podar almendros o albahacas, sembrar habichuelas o desmochar frijoles? No
estaba en las manos
ni en la memoria ancestral: mis antepasados divagaban,
erraban, de errabundear, vagaba,
de intuir vagos destinos universales. Sin solemnidad, arrastrando los pies. No había apio aliñando ni perejil con miel macerado
en sus sabidurías. Esa herencia me tomó
por sorpresa
en naranjales y olivares, parajes donde
se cosechan plátanos, piña o coca,
en los montes húmedos
que apenas distinguí de otras
selvas o junglas. Confié mi fatiga
a una mujer. Mi perplejidad a esa dulzura.
Le confié mi puñal a la puerta de su choza. La tomé como icono para elevar plegarias: mis plegarias no imploraban, no rogaban. Eran metáforas manuales. La plegaria antes de subir, bajaba. Con otras plegarias iba a lo alto, al cielo de su boca,
sus ángeles mis afiebrados dedos. Con
esa agricultura hubiese llenado al universo
de calabazas y cebollas: había nacido yo para plantar el verso en unos labios,
para horadar obras
en las rendijas. Aquella religión
no duró demasiado. Aquella mística
de configurar criaturas novedosas, querubines, sacados del misterio y
del vientre de una dama pródiga,
me devolvió
rápido a las plantaciones de piñas, donde
Dios cortaba como
un cuchillo muy afilado por el Sol.
Guerra Pulido ,Félix
periodista, escritor
(1938)
Datos biográficos: Miembro de Unión Nacional de Escritores y Artistas de cuba (UNEAC) y de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC). Fue el primer director de la Escuela Nacional de cuadros de la UJC (Unión de Jóvenes Comunistas). Fue subdirector de la revista Mella, de la UJC. Ha trabajado como periodista en la revista Mella, Intercomunicaciones (del Departamento de Orientación Revolucionaria, DOR), Prensa Latina, revista Cuba, Publicitur (director editorial de las publicaciones turísticas del Instituto Nacional de Turismo) y la revista Bohemia. Ha publicado unos 1500 reportajes, crónicas, crítica literaria, ensayos, entrevistas y artículos en más de un centenar de revistas cubanas e internacionales. Especializado en temas de turismo, historia, artes plásticas, ecología cultura humanística. Colaborador de las revistas Unión, Revolución y Cultura, Casa de las Américas, El Sol de Cuba, Vea, Cubaturismo, Gaceta de Cuba, Caimán Barbudo, La Revista (ICL), CUBA Internacional, La Isla Infinita, Signos, TEMAS, La letra del Escriba y otras. Fue vicepresidente del Círculo de periodistas del Turismo de la UPEC.
Ha viajado por China, Rusia, Ucrania, Rumanía, República Checa, República Eslovaca, España, México, Costa Rica y Nicaragua.
Ha impartido conferencias sobre historia, literatura, ecología, cultura y sociedad, mercadotecnia y turismo, literatura para niños y jóvenes e historia y humanismo en universidades de México, Costa Rica, Nicaragua y Rumania. Impartió clases y conferencias en la Escuela de Periodismo de la Universidad de La Habana.
Libros suyos han sido publicados en Cuba, México, Venezuela, exURSS, España, Argentina, Brasil, Italia, Francia, Alemania, Japón, Estados Unidos, Rumanía. Actualmente se encuentran en proceso editorial cuatro sus títulos: La melodía del pez tambor, Cuando el invitado soy yo, Los animales se ausentan. SOS, Casa Sideral. Tiene varios títulos en preparación.
Premio concedido por la UNEAC «La Rosa Blanca» al mejor libro para niños y jóvenes en 1998 por su Cincopicos.
Premio Nacional de Periodismo «26 de Julio» en 1992, 1993, 1994.
Premio Nacional de la Crítica 1992 por su libro El amor de los pupitres.
Premio Anual de Periodismo «José Martí», 1995.
Reside en La Habana
Bibliografía activa: Che Sierra Adentro (testimonio). /Muerte de Zacarías (noveleta). /El amor de los pupitres (poemario), 1992, 1999. /El fuego que enciende los fusiles (novela). /Cincopicos (testimonio). /Prestamista de valores (poesía), 1998. /El año que estuvimos en ninguna parte, la guerrilla africana del Che Guevara (en coautoría con Froilán Escobar y Paco Ignacio Taibo II), 1994, 1995. /Criaturas insólitas o desaparecidas (bestiario ilustrado por José Luis Posada), 1997, 2001. /Amo el coro cuando canta, 1994. /Para leer debajo de un sicomoro, 1998. /El sueño del yaguar (poemario), 1993. /Los funerales del rey (crónicas), 1999. /Selección de poemas.
Genial reflexión en la que nos transportas a la puerta- fachada de la Universidad de Salamanca donde uno busca justamente ese lugar mágico del aprendizaje.
Con sólo escuchar las noticias o echar un vistazo al mundo, me uno a tu reivindicación, y me sumo además añadiendo unos contenidos específicos señalados por Delors para la educación infantil: Aprender a Ser, Aprender a Aprender, Aprender a Vivir juntos y Cooperar, y Aprender a Pensar.
Libélulas para todos y ser felices...
La misión de la universidad debería ser lo que muy bien indicas, pero creo que no siempre se cumple.
Mi paso por ella fue fugaz no aguanté mas que un año, lo que he aprendido a lo largo de mi vida ha sido por mis propios medios. autodidacta, a mi ritmo y lo que me interesa.
C.A. Makkkafu.
querida C.A. Makkkafu: es una pena que la universidad te dejara marchar, eso es justo lo que yo le critico. Y es una pena, porque se supone que ella existe porque uno no puede aprender todo lo que desea, tendría que tener tiempo y vida ilimitados... como no es así a alguien se le ocurre que otros puedan ahorrarnos lecturas, tiempo al fin, se hace posible el aprender. La realidad es que hoy la universidad existe no por eso, sino por otras muchas razones que intenté comentar en mi texto.Como tú, hay muchos, incluso yo estuve varias veces a punto de mandarla al carajo. después con los años he decidido luchar por su idea originaria: provocar, alimentar la imaginación y el sentido crítico, dar libertad y otorgar orientación en el ser, no en el estar. ese es mi reto.
Maravilloso el poema de Félix, Sonia.
Un título que tiene a todo el poema dentro.
Gracias.
Hola Sonia,
Muy bello tu sitio, aunque Tú lo eres aún más.
Tenemos un amigo en común, Felix Guerra, al que estamos teniendo el gran honor de construirle su propio Blog, se llama "Poemas de la Sangre Cotidiana", ahí estamos recién publicando sus articulos y obras.
El sitio principal, el mismo lo bautizó "el tintero colectivo" y gracias a varios lo hemos podido hacer una realidad.
Estás invitada cuando quieras a participar ó "exportar" tu blog allá junto a nosotros, sería un placer.
Gracias
Raul Lorenzo
http://eltinterocolectivo.com
http://felixguerraen.eltinterocolectivo.com
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