12 octubre, 2009

Elogio del error



¿A qué propuesta respondería “Sí” sin pensárselo dos veces?
- A volver a la inocencia. Antes del primer error.
CHANTAL MAILLARD




Pasaron años
y huellas se adentraron en la arena
desde el primer error.
Me enamoré del equivocarse,
del preámbulo del darse cuenta.

¿Acaso no debí subir las escaleras del patio a trompicones
ni hacer equilibrios en una bicicleta del sur?
¿No debí permitir que se besaran
nuestras bocas de cinco años
durante un largo minuto y medio
cronometrado por los chicos de la escuela?
¿No debí guardar secretos?

Me equivoqué, me equivoqué,
y en el suelo me di de bruces
contra el beso inoportuno.
Desde entonces el error
posee para mí el sabor y la consistencia
de la espuma oxidada y suave
que mezcla la sangre y la saliva.

Vinieron muchos después, pero
¿cuál será el siguiente, el golpe?
¿será la salvación, el definitivo,
el porvenir del error?
¿Equivocarse es acercar lo que se es,
tal vez alejar lo que se ama?

Escribo y me confundo.
Permanezco en el lugar desacertado.
Me equivoqué, me equivoqué,
invoco las proporciones de la herida,
escupo las variantes del desliz.
Me equivoqué, me equivoqué,
el error y su hueso intransferible
me mira ahora también enamorado.

Rozo con la boca la daga imprescindible
del primer error, su beso frío,
su dolor premeditado y sucio,
su aprendizaje, su matemática irreal.
¿Me equivoqué? ¿Me equivoqué?

En todo error hay una vida inevitable.

11 comentarios:

paula varela dijo...

Ay, Sonia, querida!
y yo que me equivoqué, me equivoqué otra vez!!!
Que justamente ando tratando de entender porque mis ojos se empecinan en ver lo que ellos inventan, esa matemática irreal cuyos cálculos sólo logran desorientarme!

En fin... cómo necesito tus palabras!
Un abrazo fuerte para vos!

Anónimo dijo...

"...El infierno mismo es solo un pantano que yo mismo puse en mi propio arroyo cuando en una pesadilla soñe, que no era el único. Y así por mi, la duda comenzó, que tomo su curso hasta que me desperté y supe que yo conmigo, habia bromeado..." Autor desconocido.

Me gusto la cita y quize compartirla, espero no haberme equivocado, ja!
Te mando un gran abrazote!

Martín.

Sonia Betancort dijo...

Mi querida Paula, Tu imaginación es el cuadro en que se hace justicia para muchos de nosotros. en toad equivocación hay un imán, la sorpresa de un límite revirtiendo su imposibilidad. Malo no es equivocarse, lo único inútil es caer siempre en los mismo errores. Un abrazo enorme!!! cómo te extraño!!!!!

Sonia Betancort dijo...

Gracias, Martín, pues está muy bien eso de soñar que uno no es "el único", verdad? Abrazo

Angeles Fernangómez dijo...

"Me equivoqué, me equivoqué,
invoco las proporciones de la herida,
escupo las variantes del desliz.
Me equivoqué, me equivoqué,
el error y su hueso intransferible
me mira ahora también enamorado".
Caramba, es estupendo. Y muy filosófico. ¿Cómo puede reconocerse un acierto si no se sabe lo que es una equivocación?
¿Y es equivocación lo que se da por hecho que lo sea?
Como siempre en tu línea, Sonia.
Un abrazo

Sonia Betancort dijo...

Gracias,Angeles. Eres un sol de lectora, y me encantan tus lúcidas preguntas!! Muchos abrazos y hasta pronto!

Anónimo dijo...

seria interesante ver que sucederia si escribieras estas cuestiones de genero desde la narrativa, empezando con tus historias de la escuela, sino se convierten en un elogio.

Sonia Betancort dijo...

Interesante, anónimo. Tal vez entre la narrativa y la poesía, según qué autor, medie un cambio de forma, no de fondo. Pero prometo pensar el reto, recontar la infancia, elogiosa o no, que no es otra cosa que el estuario de la vida. Dice Kipling: "Give me the first six years in a child's life, and you can have the rest". Un abrazo y gracias por escribirme.

Anónimo dijo...

Coño, amiga, (perdóname el coño, pero así nos expresamos los cubanos ante esos dos extremos antinómicos que son la ira o la alegría) ¡qué hermoso poema! Gracias por semejante regalo del espíritu y la palabra. El dibujo que lo acompaña es ya de por sí un poema visual.
Te envío un abrazo tan grande como seas capaz de sentirlo.
Tomás.

Tomás Barceló Cuesta dijo...

Coño, amiga, (perdóname el coño, pero así nos expresamos los cubanos ante esos dos extremos antinómicos que son la ira o la alegría) ¡qué hermoso poema! Gracias por semejante regalo del espíritu y la palabra. El dibujo que lo acompaña es ya de por sí un poema visual.
Te envío un abrazo tan grande como seas capaz de sentirlo.
Tomás.

Sonia Betancort dijo...

Gracias, Tomás, coño, q lindo leerte aquí!!!